Ten por seguro que al final de cualquier tunel siempre se encuentra la luz.

Si crees que es largo el tunel... no será que te has detenido? Sigue caminando....

lunes, 6 de septiembre de 2010

La persona en la que más confiaba me defraudó



 Alejandra Stamateas


¿Cuántos fueron traicionados en algún momento de la vida? ¡Todos! Recuerda ese momento, esa persona que vos esperabas que actuara de una manera, sin embargo actuó de otra, pude ser un hombre, una mujer, un familiar, un amigo, una amiga, un jefe. A todos en algún momento alguien nos traicionó. Voy a contarte un cuento, el cuento de “La rata que se enamoró del gato”


“Había una vez, una rata que se decidió a realizar un casting para elegir a un compañero para su vida, se compro un lazo para adornar su cola y resultar más atractiva. Pasaron por la puerta de su casa el león, el gallo, el lobo y el cerdo, todos querían casarse con la rata pero ninguno llenaba las aspiraciones de la rata, por eso esperaría hasta que llegara el candidato idóneo. Finalmente una noche ese candidato llamó a su puerta... Era esbelto, de pelaje atractivo, se desplazaba elegantemente, tenía una mirada penetrante y los ojos rasgados, era el chico de sus sueños... ¿Quién era? El gato. Al verla cometer el peor error de su vida todas las amigas querían gritarle “¡No ratita, con el gato no!, cásate con cualquiera pero menos con el gato” Pero la rata perdió su olfato animal y se casó con el gato. Una vez casados el gato se merendó a la rata.”






La pregunta es ¿por qué la rata eligió al gato? Pasó el cerdo, el gallo, el lobo, el perro pero ella se fijó en el gato. Y ¿qué comen los gatos? Ratas. ¿Qué atracción ejerció el gato en esa rata? ¿Por qué la rata se sintió atraída por el gato? ¿Por qué la rata eligió al peor? ¿Te hiciste alguna vez esa pregunta? ¿Por qué vengo a hacer una sociedad con el más ladrón de la Argentina? ¿Por qué me vengo a enganchar con el tipo más infiel de toda la Capital Federal? ¿Por qué me vengo a enganchar en una amistad con la más falsa y mentirosa de toda América Latina?



¿Por qué a mí?


Cuando nos vemos traicionadas en la vida por alguien, por quien sea, la primera pregunta que nos hacemos es ¿por qué me pasó esto a mí? ¿Cómo no me di cuenta antes? Esa es la gran pregunta que nos hacemos, cómo siendo yo una mujer tan inteligente no me di cuenta antes que esta tipa era una ladrona, era una mentirosa, que este tipo me iba a ser infiel, que este tipo ya salía con 20 mujeres y quería salir también conmigo. ¿Cómo no me di cuenta antes? ¿Cómo no vi señales?


Siguiendo el cuento, lo que más le gustó del gato a la rata, justamente es que los gatos comen ratas, lo que más le gustó a la rata del gato fue el peligro de hacer una pareja con alguien peligroso.

Muchas veces lo que buscamos las mujeres es la experiencia excitante, entonces cuando vemos a la otra persona, ya sea hombre o mujer, vemos la mitad del panorama, vemos la mitad de la pintura, vemos la mitad del cuadro y hacemos a esa persona a imagen de lo que nosotros queremos ver. La persona no es así, sino que la vemos por la mitad, porque nos gusta ese riesgo, nos gusta esa experiencia excitante, una mujer que fue traicionada, antes de ser traicionada, dio una serie de pasos:


Entregó sus llaves a esa persona


Las llaves son tuyas, te pertenecen, no tienes que dárselas a nadie.
Primero conoce a la persona, ve la mitad del panorama y dice “yo intuyo que esta persona es espectacular”, ni la conoce pero ya intuye que esa persona es espectacular, entonces le empieza a contar toda su vida, empieza a abrirse, entonces cuando te abrís y le cuentas todo a la otra persona vos ya le diste las llaves de tus pensamientos, la otra persona te conoce como eres y cuando te conoce bien sabe como manipularte porque lado entrar...

Estas frente al gato pero no te das cuenta que estás frente a un gato porque vos dijiste: no, en realidad, es una rata pero se disfrazó de gato; y yo voy a volver a sacar la rata que hay en él. Entregas las llaves de tus deseos, de tus miedos, porque le cuentas todos tus miedos, yo tengo miedo a ser pobre, a que no me amen, a que me abandonen, a que me dejen y mientras, el otro acumula información que le sirve. Le entregas la llave de tu corazón. “Yo sufrí tanto en mi vida…”

Cuando vos entregas tus llaves a esa persona que ni siquiera conociste, esa persona es la que te va a terminar traicionando porque vos le dijiste “soy toda tuya” y cuando le dijiste así, te volviste desnuda delante de esa persona, estás desnuda, estas desvestida. Te desvestiste de tí y le diste toda tu ropa a la otra persona, toda tu vida, y le dijiste manéjala; maneja mi economía, tú seguramente sabes de negocios, yo no sé. Maneja mi vida emocional, seguramente tu puedes tomar mejores decisiones que yo. El primer paso es que vos te diste a tí misma a la otra persona.

 La mujer que termina siendo traicionada creó un dios, un dios con minúscula

Frente a la necesidad que tienes de un socio, de una amiga, de un amigo, de alguien que te ame, haces que la otra persona aparezca delante tuyo como si fuera un dios. Esa persona va a poder proveerme lo que yo necesito, ese gran negocio va a cubrir mis necesidades económicas, entonces levantas una especie de dios a quien lo pones en un altar y todos los días tienes que hacer brillar el altar donde colocaste a ese dios y le atribuís a esa persona poderes superiores que supuestamente tú no tienes. Entonces esa persona usa ese poder que le diste a su antojo.

Seguramente dices: él es más inteligente, ella es más capaz, ella es más viva para los negocios, esta persona es más sabia y le adjudicas atributos como si esa persona fuera un dios. Le levantaste un monumento a esa persona y la transformas en omnipotente. Cada vez que yo creo que otro ser humano es omnipotente, esa omnipotencia del otro ser humano me termina destruyendo.

 Me transformo en la madre de ese dios

Las mujeres no sabemos bien qué es ser madre, pero nos brota la actitud maternal por todos lados. Entonces levantamos el dios, y ahora tenemos que protegerlo. Le dimos una imagen, dijimos que era inteligente, que era todopoderoso, que todo lo podía, que iba a cuidarnos, que nos iba a llamar cuando necesitáramos; le pusimos un montón de cosas que esa persona no es, por eso nos traiciona.


Le exiges cosas que esa persona no te puede dar, pero a esa persona le gusta que la pongas en el lugar de Dios. Vos lo pusiste en el lugar de Dios y esa persona no se quiere bajar, entonces te transformas en la mamá de ese ser.

Cuando una mujer tiene un bebé, deja de ser ella para cuidar a ese bebé recién nacido; con el amor nos pasa lo mismo, con la confianza nos pasa lo mismo, parece que el otro es un bebé al que tenemos que entregar nuestra vida para cuidarlo. Entonces si él me traicionó, no me puedo enojar, porque cuando un bebé llora y patalea uno no se puede enojar porque es un bebé, además con una sonrisita el bebé te compró; y en el amor nos pasa exactamente lo mismo, con un llamadito, con una sonrisita, con un “cuenta conmigo” tú te rindes, porque te salió la madre de adentro.

Querida mujer, tú tienes que ser madre de tus hijos nada más; deja de ser mamá de tus amigas. Las mujeres lamentablemente nos creemos omnipotentes y todopoderosas. Como madre de ese dios que yo imaginé, lo quiero bajar al plano terrenal; y ahí aparece la “agenda oculta”.

El gran desafío


Todas las mujeres queremos demostrarle a media humanidad que somos únicas, especiales y súper poderosas, por eso nos gustan las situaciones de gran riesgo, por eso te buscaste al gato, porque si tú te buscas a un ratón, el ratón no te propone desafío, es lo lógico, es lo natural, no voy a poder soltar con el ratón toda la capacidad que tengo de amar, de querer, de cuidar y de cambiar al otro, en cambio con el gato si puedo soltar toda esa capacidad, me puedo mostrar tan cariñosa, tan amorosa que a mí no me va a defraudar, al gato lo voy a cambiar, al ratón no lo tengo que cambiar; el ratón es ratón.


Hay mujeres que dicen que sus maridos son santos, pero hay otros que sin embargo les llaman más la atención, porque los otros te traen ese desafío. Creen poder cambiar a ese hombre, porque se sienten con el poder y la capacidad de hacerlo; y ahí aparece el peligro, y seguida la traición.


Cuando te encuentras con el gato dices “a todas las engañó, a mi… no” “a todas les sacó dinero, a mi… no” “a todas las agotó, a mi… no” “A todas las hizo sufrir, a mi… no” “conmigo las cosas serán diferentes, te voy a querer gato y te voy a cuidar tanto, tanto, que nunca te vas a atrever a hacerme daño.” “te vas a entusiasmar tanto con este negocio, que no vas a querer estafarme nunca.” Ese es el engaño que nos hacemos las mujeres, y ese es el gran peligro que corremos las mujeres. Querida mujer, uno que se parece a un gato, generalmente suele ser un gato y los gatos siempre terminan comiéndose a la rata.


¿Cómo hacemos para que nadie nos traicione?


Tienes que reconocer que eres vulnerable a la traición; reconoce que te pueden traicionar en la vida, porque si lo reconoces nunca más vas a preguntarte “¿por qué a mí?” No eres súper poderosa y te pueden engañar, te pueden estafar, te pueden mentir, te pueden ser infiel; y lo mejor que te puede pasar es reconocer que esto puede pasarte, porque mientras no lo reconozcas vas a seguir angustiándote. Tienes que reconocer que eres vulnerable, no quieras ser como la rata, vos no puedes cambiar a nadie, si la persona no quiere cambiar. El gato va a seguir siendo gato toda la vida.


Las mujeres tenemos que saber que no podemos ser salvadoras de nadie, porque sino eso va a ser un aguijón para toda tu vida; y todo el mundo va a venir a traicionarte.

Querida mujer que fuiste traicionada, hasta que no saques a esa persona que te traicionó de adentro de tu cabeza, lo bueno no va a poder venir a tu vida, porque tu cabeza está ocupada con alguien que te traicionó, por eso tienes que dejar libre ese lugar. Lo bueno no va a poder venir a tu vida hasta que no saques de tu cabeza esa persona que te traicionó, y hasta que no dejes de preguntarte “por qué”.

Cuando somos traicionadas, descubrimos un área vulnerable, y parece que después de la traición, te queda la sensación de vacío, te quedaste vacía porque habías puesto todo tu ser, toda tu confianza en la otra persona, y vos lo hiciste un dios, confiabas, le entregaste toda tu vida, tu dinero, tus sueños, tus deseos, tus ilusiones y te queda una sensación de vacío, como que te quedas sola.

Traicionándonos a nosotras mismas

El mejor secreto para no ser traicionada es no traicionarnos a nosotras mismas; y las mujeres entregándonos a los demás, nos traicionamos a nosotras mismas; creyendo y entregándole poder y omnipotencia a los demás, nos estamos traicionando a nosotras mismas, por eso cuando descubres que te tienes a ti misma, que tienes dentro tuyo una riqueza que todavía no se soltó tienes una buena noticia: puedes empezar a confiar en vos, y cuando puedes empezar a confiar en ti, nadie va a poder clavarte otro aguijón en la vida porque vas a estar preparada para la traición y vas a saber que siempre te traicione quien te traicione, vos no te vas a traicionar a vos misma.

Si una mujer comprende que no toda persona es digna de ella simplemente porque se atraigan, esa mujer alcanzó su punto máximo de madurez. No toda persona es digna de vos, por más que se lleven bien; no toda persona es digna de que sea tu amiga, tu íntima, tu pareja, por más que te lleves bien. Si entiendes y comprendes que no toda persona tiene que estar con vos y caminar con vos en la vida, porque se llevan bien, o se gustan, o se atraen, vas a llegar al máximo punto de madurez.
Se trata de aprender a discernir quién va contigo en el camino de la vida, es sacar cuentas, acá no es sólo que te caiga bien, que tenga lo que necesitas, no se trata solamente de tener ideas en común; aprende a discernir, porque cuando tengas el don o la capacidad de discernir vas a elegir quién te va a acompañar a lo largo del camino de la vida, no es pura atracción querida mujer. No toda persona es digna de tenerte, porque tú eres un regalo precioso.

No vivas de favores, vive de justicia, a ti no te tienen que hacer el favorcito de hacerte feliz, ni tienen que darte un poquito de dinero. Nadie tiene que hacerte el favorcito para pagar esa cuenta, querida mujer, no vivas de favores, vive de justicia, tienes derecho a tu prosperidad económica, tienes derecho a tu salud, a amar y a ser amada, por lo que eres.

Despeja tu mente de lo negativo, para que pueda venir lo positivo, quiero que sepas que en la vida te podrán traicionar, pero una vez que sabes tu debilidad, te haces fuerte y sabia para que reconozcas y puedas discernir quién te va a acompañar en la vida y quién no, para que puedas elegir con quién quieres ir tomada de la mano y a quién debes soltar.


Rodéate de los mejores

Hay personas que te atraen, que te son agradables, pero no todas son dignas de tí, no todas tienen derecho sobre vos; no todas tienen por qué acompañarte en el camino de la vida, sólo lo mejor. No te rodees de mediocres, no te rodees de la gente que trabaja para el ojo del amo, no te rodees de la gente que no te va a apoyar y que te va a abandonar, rodéate de los mejores, porque no tienes que vivir de favores.


Cuídate de aquellos que tratan bien a algunos pero a otros los maltratan, cuídate de esas personas, sé sabia, discerní quién te va acompañar en la vida; tienes que elegirlo con sabiduría, no le entregues tus llaves a nadie. Tu vida es tuya, no te traiciones; cada vez que hablas mal de ti misma te estás traicionando; cada vez que dices una palabra incorrecta acerca de tu vida, te estás traicionando a ti misma, cada vez que te dices “no soy capaz” te estás traicionando a ti misma, cada vez que dices “soy una tonta” , “no lo voy a lograr” te estás traicionando a ti misma.

Cada vez que puedes tomar una decisión y no la tomas, te estás traicionando a ti misma, cada vez que te humillas, te estás traicionando a ti misma. Si estás decidida en algo mujer, hazlo, pero elige quién te va a acompañar en esa decisión.

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